La negligencia es un concepto fundamental en la legislación estadounidense que resulta fundamental en diversos casos civiles, incluidas las demandas por lesiones personales. En esencia, la negligencia se refiere a la falta de ejercicio del nivel de cuidado y precaución que una persona razonable tendría en circunstancias similares. Este principio legal es la base para determinar la responsabilidad cuando las acciones descuidadas de una parte perjudican a otra.
Se deben probar cuatro elementos esenciales para establecer negligencia en un contexto legal:
- Tipo de carga: El componente inicial requiere demostrar que el demandado tenía la obligación legal de brindar atención al demandante. Este deber varía según la situación y la relación entre las partes. Por ejemplo, un médico debe brindar atención médica competente a sus pacientes.
- Incumplimiento del deber: El segundo aspecto implica demostrar que el acusado violó su deber de diligencia mediante acciones negligentes o por no actuar de manera adecuada cuando fue necesario. Esto implica comparar las acciones del acusado con lo que una persona razonable habría hecho en las mismas circunstancias.
- Causalidad: La causalidad tiene dos componentes: causa real y causa próxima. La verdadera razón, a menudo llamada causalidad “contrafáctica”, pregunta si el daño habría ocurrido “de no haber sido por” las acciones del acusado. La causa próxima examina si las acciones del acusado fueron una causa previsible y directa del daño.
- Daños y perjuicios: Finalmente, para tener éxito en una demanda por negligencia, es necesario demostrar que sufrió daños o perjuicios debido al incumplimiento del deber por parte del demandado. Los daños pueden incluir lesiones físicas, angustia emocional y pérdidas financieras.
La responsabilidad de probar el caso recae en el demandante, quien debe presentar pruebas para establecer cada uno de los cuatro elementos de negligencia. La ley de negligencia en los EE. UU. es compleja y específica del contexto. Su objetivo es lograr un equilibrio entre responsabilizar a las personas y entidades por sus acciones y, al mismo tiempo, reconocer que los accidentes pueden ocurrir sin negligencia. Además, cada estado puede tener matices en la ley de negligencia, por lo que es esencial consultar con profesionales bien versados en la jurisdicción en cuestión.